martes, 4 de noviembre de 2008



La Torre Eiffel recorta la silueta de la vieja ciudad y el Sena bordea la isla. De un lado Notre Damme, del otro el Louvre. Atrás quedan los pintores de boina, los jardines, los libreros, las tiendas, las terrazas, los restaurantes. Intelectuales, universitarios, músicos, turistas. Todos se dan cita en la bella ciudad para observar de cerca sus encantos.
París recibe altiva a sus visitantes que saben que podrán disfrutar por poco tiempo de su belleza. Algunos, los más osados, se enamoraron de ella pero los acabó abandonando. Otros se limitaron a observar y a llevarse un recuerdo en forma de fotografía.
La ciudad del amor, de la cultura, del diseño, de la moda. La ciudad encierra un secreto que pocos conocen.
Ellos, ajenos a todo, continúan besándose en una de las orillas del río como si fueran adolescentes, a pesar de las miradas atónitas de curiosos y turistas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy original y sugerente tema de blog...